¡Hola a tod@s!
Después de unas semanas de puesta a punto, estamos aquí de nuevo. Ahora ya sí para llevar una continuidad y estar en contacto siempre, con vosotr@s para contaros curiosidades y todo aquello que queráis saber. Hoy empezamos con una duda que nos surgió por una visita muy especial que recibimos en tienda.
No hace mucho vino una niña con su papá para comprar un regalito a mamá con motivo del Día de la Madre. La niña no sabía porque tenían que hacerle un regalo a mamá, porque claro, no era su cumple. En un momento dado le preguntó a su padre que por qué se celebraba el Día de la Madre y entonces nos surgió la duda también a nosotras. Es algo que celebramos desde siempre, pero ¿nuestras abuelas también lo celebraban? Y entonces, nos pusimos a investigar.... y nos quedamos alucinadas!
Los orígenes de esta celebración se remontan ni más ni menos que a la Grecia Clásica. Si si, la de antes de Cristo, la de Platón y la democracia. En ese momento lo celebraban en honor a Rea. Y diréis ¿quién es Rea?. Pues es la madre de Zeus (entre otros) el dios de los dioses y de los hombres. Se hacía una celebración que duraba al menos tres días (si es que, los griegos sabían como montárselo).
Y entonces llegaron los romanos, que tampoco tenían un pelo de tontos, y entre otras muchas cosas, cogieron la fiesta del Día de la Madre y la instauran en su calendario el día 15 de marzo con una duración también de tres días.
Con los católicos se traslada la festividad al día 8 de diciembre, que es el día de la Inmaculada Concepción y se celebra en honor a la Virgen María, madre de Jesús.
Estos son los orígenes del Día de la Madre. Si bien es cierto que a nosotros nos ha llegado la celebración de manera distinta, porque la celebración se centra en felicitar y agradecer los esfuerzos de la madre de cada uno.
Esta forma de celebrarla empieza a gestarse ya a finales del siglo XIX hasta que en 1914 el presidente Wilson de Estados Unidos instaura de manera oficial este día de fiesta en el calendario. Todo gracias a Anna Reeves, quien hizo una campaña ardua para que el Día de la Madre fuese oficial. Ahora mismo esta fiesta se celebra en más de 70 países.
Y es que madres ha habido siempre. Y sí, todos los días del mundo debemos agradecerles su generosidad, pero el Día de la Madre es la excusa perfecta para plasmarlo, porque con la cotidianidad perdemos la costumbre de la sorpresa.
La mejor manera de darle las gracias es con una joya. Aquella que la identifica, la que ella desea, con la que siempre te lleve consigo y la que cobra un significado especial.
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Gracias mamá por darme la vida y por enseñarme a vivirla.
